Detuvieron a uno de los estafadores más grandes de la historia argentina: defraudó al Estado por $4.000 millones

Se trata de Heber Ariel Russo, líder de una de las organizaciones más grandes del país.

Heber Ariel Russo, cabecilla y último prófugo de una organización criminal que había defraudado al Estado por una cifra aproximada a los 4000 millones de pesos mediante la emisión de facturas truchas, fue detenido este miércoles por la Prefectura Naval Argentina.

 

Esta red criminal, asociada al pago de retornos por parte de las empresas proveedoras del Estado, funcionaba como una usina de facturas truchas, que eran entregadas a casi 3500 contribuyentes y, así, lograba evadir casi 4000 millones de pesos. A su vez, facilitó la extracción de dinero de las sociedades para efectuar diferentes tipos de pagos, modalidad conocida como “pesificación”.

 

Russo, que contaba con pedido de captura nacional e internacional desde noviembre de 2017 por lavado de activos y asociación ilícita, quedó en calidad de incomunicado a la espera de ser trasladado al Juzgado Federal de Quilmes, tras entregarse en la sede de Delitos de Complejos de la fuerza.

 

 

“Se trata de una causa de asociación ilícita con lavado de activos y perjuicio al Estado. En su momento desbaratamos una organización que perjudicaba a la ciudadanía a partir de un sistema de facturación apócrifa y mecanismos para evadir el fisco”, explicó Patricia Bullrich.

 

El pasado mes de noviembre de 2017, a partir de una denuncia realizada ante la AFIP y como resultado de tareas de inteligencia criminal y un trabajo de las fuerzas, el Ministerio de Seguridad de la Nación desarticuló casi en su totalidad a esta asociación ilícita. Tras los 45 allanamientos realizados de manera simultánea, los uniformados detuvieron a los principales 13 investigados, incluido uno de los jefes de la organización: Claudio Alejandro Gómez.

 

Además, se habían incautado más de 120 vehículos (muchos de alta gama), poderes para actuar ante la AFIP, mucho dinero en efectivo, armas de fuego, elementos electrónicos y documentación. Luego de desarticular a la banda delictiva, los uniformados de la Prefectura Naval continuaron con las tareas de campo y las escuchas telefónicas para dar con uno de los jefes de la banda, el último prófugo en la causa.

 

“No hay desarrollo sustentable posible para nuestro país si no combatimos este tipo de delitos, es fundamental terminar con esta clase de organizaciones criminales. Trabajamos todos juntos como equipo para cuidar el patrimonio de todos los argentinos”, concluyó la ministra de Seguridad de la Nación.

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