Fortalecidos por los resultados en las elecciones, la ultraderecha de Matteo Salvini y los antisistema del Movimiento Cinco Estrellas se disputan este lunes el derecho a gobernar Italia pese a que no cuentan con la mayoría en el Parlamento y necesitan aliados.

El sorprendente resultado de las dos fuerzas radicales revoluciona el escenario político, pone fin a los partidos tradicionales y abre una fase de incertidumbre en la tercera economía de la zona euro.

El Movimiento 5 Estrellas, con votantes de izquierda y de derecha, y los partidos de extrema derecha se beneficiaron del rechazo a la vieja clase política, la ira frente a una economía que no despega y las tensiones en torno a los migrantes.

Italia votó en sintonía con los británicos que optaron por el Brexit, los estadounidenses que dieron la victoria a Donald Trump y otros países de Europa donde la extrema derecha vive un nuevo impulso.