Yadarola, uno de los jueces que participó de ese viaje y hoy está imputado por los presuntos delitos de dádivas y tráfico de influencias, había recusado al fiscal Delgado por «temor de parcialidad».
Pero el camarista federal Eduardo Farah, en un fallo unipersonal, consideró que «para el apartamiento de un fiscal es necesario demostrar que carece de la objetividad exigida por las normas que regulan su actuación».
Delgado había impulsado la investigación contra el grupo de viajeros autodenominado «Los Huemules» tomando como referencia la filtración de chats entre ellos, aunque aclarando que ese elemento podía ser inválido como prueba.
Yadarola lo objetó, además, por expresiones del fiscal en un reportaje con el diario Tiempo Argentino.
«La vía de la recusación es ajena a dicho debate. Tampoco lo consignado en medios de difusión masiva –se comparta o no ese proceder- habilita a sostener ausencia de ‘neutralidad’ o ‘impersonalidad’, propios de la objetividad exigida por ley», sostuvo el juez Farah.
Yadarola insistió con la recusación y apeló la medida, pero ahora el propio camarista Farah consideró que ese «remedio es formalmente improcedente».
«No se ha impugnado una sentencia definitiva ni una decisión equiparable a tal por sus efectos. La parte recurrente no ha demostrado que concurra en este caso alguna excepción a ese principio», justificó en el rechazo.
«No basta con aducir un gravamen de imposible o difícil reparación para que pueda equipararse un fallo a sentencia definitiva, sino que es necesario señalar cómo y dónde surgirá un agravio de esa índole», puntualizó al desestimar el recurso de casación del juez Yadarola.
