La metáfora del Cisne Negro fue desarrollada por Nassim Nicholas Taleb para referirse a fenómenos difíciles de predecir. Son sucesos extraños que están fuera del ámbito de las expectativas y que, sin embargo, producen un gran impacto. La actual sequía que sufre Argentina lleva unos 4 meses y la mayoría de los especialistas califican que la peor de los últimos 44 años. Para varios referentes, se trata de una especie de cisne negro para el Gobierno de Mauricio Macri.
Un reciente estudio de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA) muestra que en las últimos cuatro meses se registraron entre 100 y 400 milímetros menos respecto de lo normal para el promedio de lluvias caídas desde 1973. «En ese período, clave para la siembra y el desarrollo del maíz y de la soja, las lluvias suelen estar entre los 450 y los 550 milímetros y estamos ante una grave problema y una anomalía muy generalizada», señala el estudio.
Por otro lado, los registros realizados en los últimos días por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) muestran que hay una gran cantidad de hectáreas en la pampa húmeda donde, en lo que va del año, llovió hasta un 87,5% menos versus el promedio histórico (ese organismo considera el promedio 1961/2000). En la zona de Marcos Juárez, donde se cultivan soja y maíz desde el 1° de enero solo llovieron 22,4 milímetros, unos 156 milímetros menos respecto de lo esperado con el promedio histórico.
Lo concreto, según analistas económicos consultados por Infobae, es que en lo que va del año esta sequía ha producido pérdidas irrecuperables en los llamados cultivos de verano como el caso de cosecha de la soja y del maíz.
La pérdida estimada por la Bolsa de Comercio de Rosario en su último informe llega a unos 12 millones de toneladas para la cosecha de soja y otros 4 millones de toneladas de pérdidas para la del maíz. Por lo tanto, la producción de soja llegaría a 47 millones de toneladas y la de maíz a unas 35 millones de toneladas y por la reducción de ambas se perderían ingresos de dólares al país para esta año entre USD 3500 a USD 4500 millones.
La principal consecuencia directa de esta situación fue la suba en el precio internacional de la soja, que cotiza en alrededor de los USD 380 la tonelada, y en los precios del complejo sojero en Argentina. Nuestro país, en el caso de la soja, es fijador de precios a nivel internacional pero no sucede lo mismo con el maíz.
Según los expertos consultados, la falta de lluvias genera los siguientes efectos:
1. Tendrá un impacto directo sobre los costos de producción porque será más caro producir lácteos, carnes, y pollos que se alimentan con maíz y a su vez estos mayores costos de producción es factible que se trasladen a los precios internos y provoquen una aumento mayor de la inflación estimada por el Gobierno y las principales consultoras económicas. De acuerdo con el último REM del Banco Central, los centros calculan una suba del 19,4% anual, pero ese dato podría modificarse con la encuesta del próximo jueves ya que para febrero se calcula una inflación entre el 2,5 y el 3% mensual.
2. Una gran parte de las consultoras económicas calculan que el costo para la Argentina se ubicará entre un 0,5% a un 1% del PBI. Por ese motivo muchas de ellas han comenzado a reducir sus expectativas de crecimiento para este año, que se podría reflejar en el próximo REM que dará a conocer el BCRA el próximo jueves. Para Fausto Spotorno, de Ferreres & Asociados, impactará a la baja en la estimación del PBI. El economista señaló a Infobae que el efecto será del 0,5%, incluyendo a las actividades vinculadas. «Es el peor escenario y restará crecimiento a las exportaciones pero habrá una compensación por la suba en el precio internacional de la soja», señaló. En tanto un estudio de la consultora LCG, considera que el efecto «será marginal», del 0,2% y sus estimaciones de crecimiento para este año están en el 2% contra el 3,5% que proyecta el Gobierno.
3. Una reducción de la producción de soja menor a la estimada provocará una menor oferta para abastecer a la industria aceitera. «En este caso el principal producto afectado es sin lugar a dudas la harina de soja, con un rendimiento del 79% en la extracción si consideramos 12 millones de toneladas menos de poroto de soja, el volumen de harina de soja resultante es de 9,5 millones de toneladas», explica el especialista Pablo Adreani.
4. Esta menor producción también generará una baja en las exportaciones de poroto de soja, ya que la reducción estimada de harina afectará el saldo exportable de dicho producto. Como ejemplo, basta citar que la harina de soja argentina figura en el primer lugar de las exportaciones mundiales.
5. Según los cálculos de Adreani, la reducción de la producción de soja y de maíz equivale areducir la carga de transporte en más de 500. 000 camiones, lo podría provocar una pérdida para superior a los USD 700 millones para el sector.
6. La baja en la producción estimada de soja y maíz provocará que no se consuman unos 50 millones de litros de gasoil o el equivalente a unos USD 65 millones de dólares de menor consumo de ese combustible.
7. Otro sector golpeado será el de los productores de la ganadería y la industria láctea.Estos tendrán que competir para abastecerse de harina de soja con los exportadores, por lo tanto se reduciría el saldo exportable de ese producto. Los cálculos de los especialistas ubican entre 4,5 y 5 millones la cantidad de toneladas de harina de soja que se consumen en el mercado interno. No solo se producirá una caída en las exportaciones sino que tambiénaumentará el costo de producción de carnes y lácteos en más de USD 1.000 millones y esto provocará una aumento de precio de la carne y los lácteos en el mercado interno. En declaraciones radiales, el ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, manifestó que «es anticipado hacer una evaluación sobre el impacto económico de la sequía, que afecta fundamentalmente la soja y el maíz de la campaña agrícola 2017/18 pero las pérdidas son importantes».
fuente: infobae