Era la primera vez que Ucrania afirmó que había atacado una ráfaga completa de múltiples misiles hipersónicos y, de confirmarse, sería una demostración dramática de la eficacia de las defensas aéreas occidentales recién desplegadas.
Los seis Kinzhals, misiles balísticos que viajan hasta 10 veces la velocidad del sonido, se encontraban entre una ráfaga de 18 misiles que Rusia lanzó contra Ucrania durante la noche, iluminando Kiev con destellos y una lluvia de escombros después de que cayeran.
El comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, Valeriy Zaluzhnyi, aseguró que todos habían sido interceptados con éxito. No hubo comentarios inmediatos de Rusia.
Las autoridades de la ciudad de la capital ucraniana reportaron que tres personas resultaron heridas por la caída de escombros.
«Fue excepcional en su densidad: el número máximo de misiles de ataque en el período más corto», indicó Serhiy Popko, jefe de la administración militar de la ciudad de Kiev, en la aplicación de mensajería Telegram.
Zaluzhnyi puntualizó que sus fuerzas habían interceptado los seis Kinzhals lanzados desde aviones, así como nueve misiles de crucero Kalibr desde barcos en el Mar Negro y tres Iskanders disparados desde tierra.
A principios de este mes, Ucrania afirmó haber derribado un solo misil Kinzhal sobre Kiev por primera vez, utilizando un sistema de defensa aérea Patriot de los Estados Unidos recientemente desplegado.
Anteriormente, la capacidad de los Patriots para interceptar misiles Kinzhal era solo teórica. Golpear seis a la vez sugeriría que podría ser una defensa confiable, en lugar de un golpe de suerte, apuntó la agencia de noticias Reuters.
El presidente Vladimir Putin, quien presentó el Kinzhal como una de las seis armas de la «próxima generación» en 2018, lo promocionó con frecuencia como prueba del hardware militar ruso de primer nivel, capaz de enfrentarse a la OTAN.
El Kinzhal , cuyo nombre significa daga, puede transportar ojivas convencionales o nucleares hasta 2.000 kilómetros: Rusia los usó en la guerra por primera vez en Ucrania el año pasado y solo reconoció haberlos disparado en unas pocas ocasiones.
Con las fuerzas ucranianas preparándose para pasar a la ofensiva por primera vez en seis meses, Rusia ahora está lanzando ataques aéreos de largo alcance con la frecuencia más alta de la guerra.
Lanzó ocho andanadas de drones y misiles en lo que va del mes, en comparación con una semana durante el invierno y una pausa en marzo y abril y Kiev informó que derribó la mayoría.
Temprano este martes, las sirenas de ataque aéreo sonaron en casi toda Ucrania y se escucharon sobre Kiev y su región durante más de tres horas.
«La misión del enemigo es sembrar el pánico y crear el caos.
Sin embargo, en la zona operativa del norte (incluido Kyiv), todo está bajo completo control», opinó el general Serhiy Naev, comandante de las Fuerzas Conjuntas de las Fuerzas Armadas.
