Las fuerzas armadas recuperaron este jueves bases militares y localidades de manos del grupo Estado Islámico (EI) en su último bastión en Irán, cerca de Siria, durante una ofensiva que busca erradicar al grupo yihadistas de su país.
La ofensiva coincide con los movimientos efectuados, al otro lado de la frontera, por el Ejército sirio y sus apoyos para rodear a los combatientes de la organización ultrarradical.
La batalla busca asfixiar a los yihadistas en su último reducto, en el valle medio del Éufrates, que abarca desde la provincia de Deir Ezzor, en el este de Siria, hasta Al Qaim, en el oeste de Irak.
Se trata del «último gran combate contra el EI», afirmaron recientemente los generales estadounidenses de la coalición internacional que apoya a las fuerzas iraquíes contra los yihadistas.
Las fuerzas iraquíes lanzaron el ataque en la localidad de Al Qaim, en la provincia desértica de Al Anbar, donde la frontera es porosa.
Al amanecer, el primer ministro, Haider Al Abadi, comandante en jefe del ejército, anunció en un comunicado «el lanzamiento de la batalla para liberar Al Qaim, Rawa y los pueblos y aldeas de los alrededores» de la región de Al Anbar.
Abadi realizó el anuncio en un comunicado desde Irán, gran aliado e importante potencia regional, que reafirmó su apoyo a las medidas tomadas por Irak «para defender su soberanía».
En 2014, los yihadistas se apoderaron rápidamente de casi un tercio de Irak pero, desde entonces, las tropas gubernamentales y paramilitares iraquíes los han expulsado de más del 90% del territorio que poseían.
El general iraquí Qasem Al Mohamedi, al mando de las operaciones, indicó a la AFP que las tropas posicionadas en torno a la ciudad de Al Qaim avanzaban «en cuatro frentes: por el este, el sur, el sureste de la ciudad y desde la provincia de Nínive, más al norte».
El militar agregó que en la ofensiva participan el ejército, las unidades antiterroristas (CTS), la policía federal y las Fuerzas de Movilización Popular (Hashd al Shaabi), unidades paramilitares dominadas por chiitas y creadas para apoyar al ejército, con el apoyo de Irán.
A primera hora de la tarde, las fuerzas gubernamentales habían arrebatado varias bases militares al EI, incluyendo una de la fuerza aérea, al sureste de Al Qaim, según el Mando de Conjunto de Operaciones (JOC).
La provincia de Al Anbar es sunita y varias unidades tribales sunitas del Hashd fueron movilizadas. Dos de sus hombres murieron en los combates, según fuentes militares.
«La fuerza aérea iraquí y la aviación de la coalición internacional llevan a cabo bombardeos», precisó el general Mahmud Al Fellahi, comandante de las operaciones en Al Anbar.
La coalición afirmó que se efectuaron una quincena de bombardeos contra objetivos yihadistas en la región de Al Qaim y de Bukamal, en la provincia siria de Deir Ezzor.
También reconoció la muerte de 51 civiles más durante los ataques en Iral y Siria, elevan el total a «al menos» 786 civiles en tres años.
Según el Norwegian Refugee Council (NRC), más de 10.000 civiles huidos de la región de Al Qaim han llegado a los campos de desplazados, cerca de Ramadi desde principios de octubre.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló que alrededor de 65.000 personas han huido de Al Anbar en lo que va de año.