La decisión se tomó a partir de una resolución de la Secretaría de Gobierno de Energía, publicada este martes en el Boletín Oficial.
A través de ese texto oficial, el Poder Ejecutivo dejó sin efecto otra resolución, la 20/2018 de la misma Secretaría, que disponía «en forma transitoria y extraordinaria», que para las «diferencias entre el precio del gas previsto en los contratos y el precio de las tarifas finales, valorizadas por el volumen de gas comprado desde el 1º de abril y hasta el 30 de setiembre de 2018, el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) debía definir el mecanismo de traslado a tarifa de dichas diferencias».
Ese traslado se iba a concretar en 24 cuotas de entre 90 y 100 pesos, a partir del primero de enero del año próximo.
Para el Gobierno, esa resolución «tuvo como finalidad habilitar un mecanismo que, sin dejar de cumplir con el marco regulatorio del gas y sus normas complementarias y reglamentarias, contempla un período temporal más extenso para disminuir su incidencia en el monto de la factura al usuario».
Sin embargo, sostuvo que «por razones de oportunidad corresponde dejar sin efecto» esa medida.
Esa decisión de Energía, justificada para compensar a las empresas productoras por el impacto de «la marcada variación del tipo de cambio», había provocado un amplio rechazo y la Casa Rosada se vio obligada a dar marcha atrás.
Es que el precio del gas está dolarizado y cuando se acordó el aumento en las tarifas de abril, se establecieron contratos a un tipo de cambio de 20,55 pesos.
Ahora, el Gobierno dispuso absorber el costo -unos 10 mil millones de pesos- y no trasladarlo a los consumidores.
Así, el Ejecutivo pagará la diferencia por la devaluación a las empresas productoras de gas (que cobran en dolares) en 30 cuotas, a partir del año que viene y hasta 2021.
