FRANCISCO SE DESPIDIÓ DE BAGDAD Y LE ENVIÓ UN MENSAJE A LAS MUJERES

Colocó el acento sobre las nativas de Irak.

El papa Francisco dejó este lunes la ciudad de Bagdad con los clásicos mensajes de protocolo pero también con una alusión al Día Internacional de la Mujer, en la que colocó el acento sobre las nativas de Irak.

«Quisiera dar las gracias de corazón a todas las #mujeres, especialmente a las de #Iraq (SIC), mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas. ¡Que las mujeres sean respetadas y defendidas! ¡Que se les dé atención y oportunidades! #ViajeApostólico», indica el texto.

Apenas partió el avión de Bagdad, el Papa le envió al presidente iraquí un telegrama en el que le expresó su profunda gratitud al mandatario y al pueblo de Irak por la «cálida acogida y la generosa hospitalidad» que le dispensaron durante su estancia.

Con fervientes buenos deseos y oraciones por la paz, la unidad y la prosperidad de la Nación, Francisco, en su telegrama invocó sobre todos, las bendiciones del Dios Altísimo mientras que la despedida se produjo en la Nunciatura Apostólica.

En el aeropuerto, como estaba previsto, el Papa Francisco fue despedido por el presidente de la República, Barham Ṣalih, quien se encontraba junto con su esposa, y allí se celebró una breve reunión privada en el vestíbulo interior.

A continuación, Francisco recorrió la larga alfombra roja para saludar a los representantes civiles y religiosos que lo habían seguido durante los intensos días en Irak mientras que luego embarcó en el avión A330 de Alitalia que lo llevó de vuelta a Italia donde aterrizó a las 12.20 en la ciudad de Roma.

Apenas despegó el avión, el presidente Ṣalih señaló en su cuenta de la red social Twitter: «Saludamos a Su Santidad el Papa Francisco que fue nuestro invitado en Bagdad, Nayaf, Ur, Nínive y Erbil -escribe- trayendo un gran mensaje de humanidad y solidaridad con nuestro país. Su presencia, signo de paz y amor, permanecerá para siempre en el corazón de todos los iraquíes».

En el avión, como es habitual, estaba prevista la conferencia de prensa, entre el Pontífice y los periodistas que cubrieron el trigésimo tercer viaje apostólico.

En tanto, quedaron fijadas para siempre en los corazones de los iraquíes, las últimas palabras de saludo del Papa, pronunciadas el domingo tras la misa en Erbil en el estadio Hariri.

«¡Salam, salam, salam! Que Dios los bendiga a todos. Que Dios bendiga a Irak. Este país, permanecerá siempre en mi corazón», precisó.

También quedaron en la historia el encuentro con el gran ayatolá Al Sistani en Nayaf, la oración contra la guerra en Mosul, antiguo bastión del Is; el abrazo a los cristianos de la llanura de Nínive, a quienes el Papa animó a no rendirse, a perdonar y a no perder nunca la esperanza.

«En estos días -dijo Francisco este domingo- he escuchado voces de dolor y angustia, pero también he escuchado voces de esperanza y consuelo. El terrorismo y la muerte nunca tienen la última palabra. Quien sigue los caminos de Dios no puede estar contra alguien, sino a favor de todos».

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