El derrocamiento el pasado miércoles del presidente Bazoum —el séptimo golpe militar en menos de tres años en África Occidental y Central— ha conmocionado a toda la región, enfrentando a los antiguos aliados occidentales de Níger con Rusia y otros líderes de juntas de la región.
Francia, antigua potencia colonial, tiene tropas en la región desde hace una década para ayudar a combatir la insurgencia islamista, pero algunos nigerinos dicen que quieren que el antiguo gobernante colonial deje de intervenir en sus asuntos.
El domingo, partidarios de la junta quemaron banderas francesas y atacaron la embajada de Francia en Niamey, la capital de Níger, lo que provocó que la policía disparara salvas de gases lacrimógenos en respuesta.
«Se está preparando la evacuación. Se hará muy pronto», declaró el martes el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, declaró a BFM TV a última hora del lunes que la protesta frente a la embajada y las consiguientes acusaciones de que Francia había disparado a la multitud —lo que niega— «tienen todos los ingredientes habituales de la desestabilización, a la manera ruso- africana».
Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo mercenario ruso Wagner, recibió con agrado la semana pasada el golpe en Níger y afirmó que sus fuerzas estaban disponibles para restablecer el orden.
El Kremlin, en cambio, declaró el lunes que la situación en Níger era «motivo de grave preocupación» y pidió un rápido retorno al orden constitucional.
Según la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, en 2022 había algo menos de 1.200 franceses en Níger.
El golpe ha hecho temer por la seguridad de la región del Sahel. Níger es el séptimo productor mundial de uranio, metal radiactivo muy utilizado para la energía nuclear y el tratamiento del cáncer.
El bloque regional de África Occidental (CEDEAO, por sus siglas en francés) ha impuesto sanciones, entre ellas la suspensión de todas las transacciones financieras y la congelación de los activos nacionales, y ha declarado que podría autorizar el uso de la fuerza para restituir a Bazoum, que sigue encerrado en su palacio.
Pero las juntas militares de los países vecinos Burkina Faso, Malí y Guinea manifestaron el lunes su apoyo a los golpistas.
