«En el caso de Cuba, la exclusión no fue solo contra el Gobierno, sino también contra los actores sociales, incluidos nuestros jóvenes», dijo el mandatario en una comparecencia desde el Palacio de la Revolución retransmitida a través de la radio y televisión nacionales.
En Cuba, más de 145 representantes inscritos en el Foro de la Sociedad Civil de la IX Cumbre de las Américas condenaron la negativa del Gobierno estadounidense a procesar en la sede diplomática de La Habana las visas para participar en la reunión.
Asimismo, las autoridades estadounidenses desestimaron el visado de los 23 invitados de la nación caribeña a la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, que reúne a organizaciones sociales, sindicatos, grupos juveniles y asociaciones comunitarias y sesiona, paralelamente, en la ciudad de Los Ángeles.
El jefe de Estado cubano señaló que la reunión de alto nivel convocada por la Casa Blanca omite temas medulares de la región e impone su propia agenda sin la debida representatividad continental.
«No se podrá silenciar la voz ni la solidaridad con Cuba, sabemos que el repudio al bloqueo económico y financiero se escuchará allí y que el Gobierno de los Estados Unidos tiene clara conciencia de que ese sentimiento se comparte de un extremo a otro del hemisferio», agregó.
Díaz-Canel criticó la autoridad moral de los Estados Unidos al apelar a los estándares de democracia y derechos humanos como pretexto para excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela del cónclave que sesiona hasta el 10 de junio.
Sobre el actual enfoque de la IX Cumbre de Las Américas, el mandatario subrayó que el Gobierno estadounidense, con su enorme poderío económico y tecnológico, así como su gran influencia, podría hacer un aporte trascendental para resolver los problemas más inmediatos.
«Ninguno de los documentos presentados por el Departamento de Estado se propuso avanzar en la lucha contra el racismo, a favor de los derechos de la mujer y los niños, y para paliar la situación incierta de los migrantes», subrayó el jefe de Estado cubano.
Consideró, además, que «el problema del progresivo cambio climático y los desastres naturales que tanto amenazan a los países de la región quedarán sin medidas prácticas».
El también primer secretario del Partido Comunista de Cuba, llamó a la comunicación latinoamericana e instó al establecimiento de espacios de diálogo y respeto entre las naciones que habitan al sur del río Bravo y los países del norte.
