El aspirante a la Gobernación de la provincia cordillerana analizó las negociaciones entre el PRO y la UCR de cara a las elecciones locales y afirmó: «La Argentina tiene 24 provincias y son 24 realidades absolutamente distintas. Puede haber algunas más o menos parecida, pero es difícil imponer una norma general y universal desde Buenos Aires y aplicarlas en todas las provincias desde la organización de nuestro frente».
«Yo la había dicho hace como un año: ojo con avanzar con normas que después va a resultar difícil aplicarlas para ordenar un poco hacia abajo. Hay que confiar. Tenemos que ser federales en lo político para luego ser federales en la gestión», señaló el legislador opositor.
De Marchi indicó que en Mendoza hay «una realidad política compleja, distinta» de lo que sucede a nivel nacional y remarcó que están «intentando ver cómo se resuelve».
«Cambia Mendoza no es el correlato de Juntos por el Cambio en Mendoza. El que gobierna es el radicalismo. No hay un frente, un acuerdo, una alianza electoral de gobierno, que se ponga de acuerdo en planes: tenemos diferencias realmente», advirtió.
Y añadió: «Los únicos dos socios firmes que tiene Cambia Mendoza son Libres del Sur y el Frente Renovador de Massa, junto al radicalismo de Cornejo. Afuera están ya la Coalición Cívica, el Partido Demócrata, el Partido Libertario, nosotros».
El ex intendente de Luján de Cuyo aseguró que van a «extremar todos los mecanismos posibles para intentar que haya un acuerdo» electoral con la UCR, aunque aclaró: «Pero si no lo hay, hay que competir».
«El kirchnerismo en Mendoza está tan devaluado que no tiene valor competitivo. Por eso, qué mejor que competir entre dos frentes que a nivel nacional tenemos coincidencias, pero que no las tenemos eventualmente en Mendoza. Qué mejor que dirimirlo sin ningún tipo de aprietes, de presiones», expresó De Marchi.
Y afirmó: «Nosotros creemos representar de mejor a Juntos por el Cambio en Mendoza de lo que lo representa actualmente el radicalismo. Mendoza ha entrado hace algunos años en una debilidad institucional compleja y eso no está bueno».
