El sismo, que se produjo en la oscuridad de una mañana de invierno, se sintió también en Chipre y Líbano.
«Nos sacudió como si fuera una cuna. Éramos nueve en casa. Dos hijos míos siguen entre los escombros, aún los estoy esperando», dijo una mujer con un brazo roto y heridas en la cara, hablando en una ambulancia cerca de los restos de un bloque de siete plantas donde vivía, en Diyarbakir, en el sureste de Turquía.
«Nunca había sentido nada parecido en los 40 años de mi vida», dijo Erdem, un residente de la ciudad turca de Gaziantep, cerca del epicentro del seísmo, que prefirió no dar su apellido.
«Nos sacudió al menos tres veces con mucha fuerza».
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, dijo que 284 personas habían muerto y 2.323 habían resultado heridas, mientras las autoridades enviaban equipos de rescate y aviones de abastecimiento a la zona afectada, al tiempo que declaraban el «nivel 4 de alarma», que exige ayuda internacional.
En Siria, ya devastada por más de 11 años de guerra civil, un responsable sanitario del Gobierno dijo que más de 237 personas habían muerto y unas 600 habían resultado heridas, la mayoría en las provincias de Hama, Alepo y Latakia, donde se derrumbaron numerosos edificios.
En el noroeste sirio, controlado por los rebeldes, un servicio de rescate dijo que decenas de personas habían muerto.
La emisora turca TRT mostró a equipos de emergencias de la provincia de Osmaniye utilizando una manta para sacar a un herido de un edificio derrumbado de cuatro plantas y meterlo en una ambulancia. Se trata del quinto herido sacado de entre los escombros.
Imágenes de la cadena CNNTurk mostraron que el histórico castillo de Gaziantep había sufrido graves daños.
El presidente Tayyip Erdogan habló por teléfono con los gobernadores de ocho provincias afectadas para recabar información sobre la situación y las labores de rescate, según informó su oficina en un comunicado.
«Hubo un ruido enorme y el edificio contiguo al nuestro se derrumbó cuando se produjo el terremoto», dijo un hombre de 30 años en Diyarbakir.
«Salí corriendo. Había gritos por todas partes. Empecé a apartar piedras con las manos. Sacamos a los heridos con amigos, pero los gritos no cesaban. Entonces llegaron los equipos (de rescate)».
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Totalmente destruída.
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En la ciudad siria de Alepo, muy dañada durante la guerra, el director de sanidad, Ziad Hage Taha, dijo a Reuters que los heridos «llegaban en oleadas».
La televisión estatal siria mostró imágenes de equipos de rescate buscando supervivientes bajo una intensa lluvia y aguanieve.
Los equipos de rescate en las zonas de Siria controladas por los rebeldes informaron de grandes daños.
En la ciudad fronteriza de Azaz, en manos de la oposición, un trabajador de emergencias sacó a un niño de un edificio dañado.
Otro grupo transportó un cadáver envuelto en una sábana blanca mientras una grúa retiraba losas de hormigón, según un testigo de Reuters.
«Decenas de edificios se han derrumbado en la ciudad de Salqin», dijo un miembro de la organización de rescate Cascos Blancos en un vídeo en Twitter, refiriéndose a otra ciudad a unos 5 kilómetros de la frontera turca.
El presidente Bashar al-Assad estaba celebrando una reunión de emergencia de su gabinete para revisar los daños y analizar los pasos a seguir, según informó su oficina.
Los habitantes de Damasco y de las ciudades libanesas de Beirut y Trípoli salieron corriendo a la calle y se subieron a sus coches para alejarse de sus edificios en caso de que se derrumbaran, según testigos.
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Oferta de ayuda de Estados Unidos.
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Estados Unidos estaba «profundamente preocupado» por el terremoto en Turquía y Siria y seguía de cerca los acontecimientos, dijo en Twitter el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
«He estado en contacto con autoridades turcas para transmitirles que estamos dispuestos a proporcionar toda la ayuda que sea necesaria», dijo.
El Servicio Geológico de Estados Unidos informó de que el seísmo, de magnitud 7,8, se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros. Informó de una serie de seísmos, uno de ellos de magnitud 6,7.
La región se extiende a lo largo de fallas sísmicas.
Fue el sismo más grave en Turquía desde 1999, cuando uno de magnitud similar devastó Izmit y la región oriental del mar de Mármara, muy poblada, cerca de Estambul, causando más de 17.000 muertos.
El temblor del lunes duró alrededor de un minuto y destrozó ventanas, según un testigo de Reuters en Diyarbakir, 350 kilómetros al este, donde un funcionario de seguridad dijo que al menos 17 edificios se derrumbaron.
Las autoridades dijeron que 16 estructuras se derrumbaron en Sanliurfa y 34 en Osmaniye.
Las cadenas de televisión TRT y Haberturk mostraron imágenes de personas recogiendo restos de edificios, trasladando camillas y buscando supervivientes en la ciudad de Kahramanmaras, donde todavía estaba oscuro.
«Nuestro trabajo principal es llevar a cabo las labores de búsqueda y rescate y para ello todos nuestros equipos están en alerta», declaró a la prensa el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu.
También se sintieron temblores en la capital turca, Ankara, 460 kilómetros al noroeste del epicentro, y en Chipre, donde la policía no informó de daños.
«El terremoto se ha producido en una región que temíamos. Los daños son graves y generalizados», declaró a Haberturk Kerem Kinik, jefe de la Media Luna Roja turca, que hizo un llamamiento a la donación de sangre.
CIENTOS DE MUERTOS Y NUMEROSAS PERSONAS ATRAPADAS TRAS UN TERREMOTO EN TURQUÍA Y SIRIA
Más de 500 personas murieron y miles resultaron heridas el lunes tras un fuerte terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el centro de Turquía y el noroeste de Siria, derrumbando edificios y provocando la búsqueda de supervivientes entre los escombros.