A 7 años de la Tragedia de Once, familiares y amigos recuerdan a las 51 víctimas

Como cada 22 de febrero, a las 8.32 en el andén 1 de la estación de Once, sonó la alarma que recuerda el choque de la formación Chapa 16. Es el primer aniversario tras la condena recibida por Julio De Vido debido a la administración fraudulenta.

La alarma suena y retumba enormemente en el silencio de los presentes. Ellos son familiares, amigos, allegados y hasta testigos presenciales de aquella mañana de horror que se vivió en la estación de Once. La formación Chapa 16 chocó contra los paragolpes de contención a las 8.32, hora en la que cada 22 de febrero el dolor se vuelve a hacer carne en quienes homenajean a las 51 víctimas, una de ellas embarazada, que ya no están.

Las palabras se repiten cada aniversario, como el dolor de quienes ya no tienen a sus seres queridos. También, quienes estuvieron en el tren siniestrado reviven aquel impacto y sienten el cimbronazo en el cuerpo. Suspiran, simplemente, porque pueden, porque no les tocó a ellos.

Luego del sonido de la sirena, los familiares comenzaron a nombrar a cada una de las 51 víctimas fatales para finalizar con un «¡Presente!». Tras la lectura de las adhesiones, -entre las que se encontraba la de la ex diputada Margarita Stolbizer, familiares de víctimas de femicidios y víctimas de la corrupción en Tucumán, Conduciendo a Conciencia, familiares de la Tragedia de Santa Fe y de la AMIA, entre otros- se realizó la lectura del documento.

El pequeño aliciente puede que este año sea la condena alcanzada a Julio De Vido, ex ministro de Planificación que recibió 5 años y 8 meses de prisión por los delitos de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública y estrago culposo seguido de muerte, por el accidente ocurrido en 2012.

Por el caso, además de De Vido, ya fueron condenadas 21 personas, entre ellas, el ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, el empresario Claudio Cirigliano, dueño de TBA y el maquinista Marcos Córdoba, condenado a 3 años y 7 meses de prisión, por no haber frenado el tren a tiempo. 

Paolo Menghini, padre de Lucas, la última víctima en ser rescatado por los bomberos, dijo en aquel entonces que la obtenida era «una condena histórica y absolutamente ejemplar». Este viernes, desde el andén 1 de Once, volvió a recordar que el incidente donde murió su hijo fue una susesión de hechos corruptos que derivaron en el siniestro.

«El 22 de febrero de 2012 fue el día que la corrupción política nos arrancó a 51 víctimas y dejó a 800 heridos», dijo. «El día que quedó demostrado el poder destructivo de la corrupción cuando surge de los escritorios y baja a lo usuarios. Hoy estamos con la fuerza de siempre recordándolos», ahondó.

“A siete año el balance es muy positivo en términos judiciales. Logramos que gran parte de los responsables estén tras las rejas. Sin embargo, seguimos exigiendo que (el ex ministro de Planificación Julio) De Vido sea condenado por estrago culposo. Cuando el Estado abandona al ciudadano, tarde o temprano se paga con víctimas inocentes», cerró Paolo, con la herida abierta de un hijo perdido pero con un atisbo de paz por haber encontrado Justicia.

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