El gobierno de Mauricio Macri quiere modificar el cálculo para ajustar las jubilaciones. Busca que vaya en consonancia con la suba de precios que, según Cambiemos, irá decreciendo en los próximos años.
No obstante, la canasta de consumo de los jubilados es más cara que la general por las medicaciones que requieren muchos abuelos, entre otros recursos. Sobrepasa en un 15% el IPC oficial.
La reforma previsional busca liberar recursos para garantizar el pago de los crecientes intereses de la deuda, y se enarca en el déficit fiscal récord del Gobierno.
De acuerdo al Oscar Cetrángolo, un economista de la Universidad de Buenos Aires y experto en cuestiones de finanzas públicas, el déficit fiscal de 2016 fue histórico: fue más alto que el de la híper de Alfonsín.
Según el economista, que cita el diario Clarín,el défici fiscal -incluido Nación, provincias, sin la ayuda del Banco Central y contabilizando el pago a los holdouts- fue 7,85% del PBI en 2016.
En este contexto, Macri lanzó un megaplan de reformas, que contamplan recortes significativos para los abuelos, uno de los grupos más necesitados.
Con el plan de Cambiemos, el haber de los jubilados perderá capacidad de compra en relación a la variación de precios de la canasta de bienes y servicios de los adultos mayores.
El ajuste trimestral por la inflación que impulsa el Gobierno no congelará los haberes en términos reales, como muchos criticaron, sino que la situación será peor: los irá devaluando paulatinamente, de acuerdo a un informe que publica este domingo el diario Página 12.
La propuesta oficial es una formula de movilidad con una indexación que será más baja que la actual al utilizar el índice de precios general, pero los consumos de los jubilados es más caros.
El perjuicio será entonces doble: el aumento de las jubilaciones será más bajo y por un coeficiente de ajuste que las hará retroceder aún más en poder adquisitivo.
Los investigadores del Centro de Economía Política Argentina realizaron una estimación de la evolución de los recursos tributarios, variación de salarios (según Ripte) y del IPC-Indec, manteniendo estable la cantidad de beneficiarios en el sistema previsional, para concluir que la jubilación mínima perdería unos 900 pesos por mes en 2018 con el esquema de indexación por inflación.
La caída nominal de los haberes sería de 9 a 13 por ciento el año próximo, según esos especialistas. La pérdida anual alcanzaría por lo menos a casi 11 mil pesos para quienes cobran la mínima, incluyendo el aguinaldo.