En medio de la conmoción por la derrota en las primarias y los impactos que tuvo ese resultado en la economía, el presidente Mauricio Macri sumó una nueva mala con el fallecimiento del escribano que manejaba el fideicomiso ciego con sus activos.
Se trata del titular de la firma Seguridad Fiduciaria SA, José María Fernández Ferrari, que murió el pasado sábado a los 83 años, según supo NA.
El ex presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires había asumido en abril de 2016 la administración del fideicomiso ciego a cargo de los bienes del jefe de Estado, que en ese momento era foco de las críticas ante la difusión de documentos conocida como Panamá Papers.
Los restos de Fernández Ferrari fueron inhumados en la bóveda del Colegio de Escribanos ubicada en el Cementerio de Olivos, a escasas cuadras de la Residencia Presidencial.
«Cuando nos llegó la propuesta nuestra idea fue aceptar para hacer algo por la patria, y apoyar al Gobierno. Si el oficialismo quiere evitar todo lo que es corrupción, nosotros vamos a apoyar eso. Es un fideicomiso ad honorem, nunca pretendimos cobrar honorarios», había contado el escribano en una entrevista con la Revista Noticias en junio de 2017.
Entre los bienes del fideicomiso ciego que administraba el escribano se encontraban las acciones que el jefe de Estado posee en las empresas agropecuarias 4 Leguas, Agro SA, Molino Arrocero Río Guayquiraro y María Amina SA, así como también algunos inmuebles.
En ocasión de la creación de este instrumento legal, la Casa Rosada había informado que Macri tenía «101.383 acciones nominativas no endosables de 1 peso cada una y de un voto por acción» en 4 Leguas, mientras que en Agro G contaba con «2.190 acciones nominativas no endosables de 1.000 pesos cada una y de un voto por acción y 5.064.938 de acciones preferidas de 1 peso cada acción y sin derecho a voto».
En tacto, en la firma Molino Arrocero Río Guayquiraro poseía «35 acciones no endosables de 100 pesos cada una y de un voto por acción», al tiempo que en María Aminas tenía «220.000 acciones nominativas no endosables de un peso cada una y de un voto por acción».
Asimismo, se había aclarado que no se encontraban comprendidos en el fideicomiso «aquellos inmuebles que utilizará el fiduciante como vivienda o residencia de descanso», en alusión a la quinta Los Abrojos; así como tampoco estarán «aquellos inmuebles de los que es condómino o que es su intención no sujetar a explotación comercial».
En los considerandos del acta, se mencionaba que el fiduciante deseaba «evitar conflictos de intereses y otorgarle transparencia a la administración de su patrimonio durante el período en que ejerza el cargo de Presidente de la Nación Argentina».
Además, se establecía que ante «cualquier conflicto originado en la interpretación o en el cumplimiento» del fideicomiso, «será sometido a la decisión del Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires».
«Tenemos que terminar con la corrupción, es algo que nos daña, nos lastima. Esto nunca se había hecho, ningún Presidente lo había hecho. Lo hago porque no quiero que exista ninguna duda», había manifestado Macri una semana antes de la creación del fideicomiso ciego, que caducará seis meses después que concluya su mandato.