CUATRO DE CADA DIEZ ARGENTINOS ASEGURAN QUE NO EXISTE IGUALDAD DE DERECHOS ENTRE MUJERES Y HOMBRES

Una amplia mayoría reconoce que el rol social de la mujer está cambiando en el país.

Así se desprende de un estudio de opinión pública a nivel nacional realizado por la UADE y la consultora Voices! con el objetivo de conocer y dimensionar las percepciones de los argentinos en torno a diversas cuestiones de género.
En ese contexto, el 24% de las mujeres argentinas declaró haber sufrido maltratos por parte de su pareja, duplicándose con relación a lo que se declaraba en 2015.
De acuerdo con el estudio presentado en vísperas a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la sociedad argentina se muestra claramente fragmentada en cuanto a la tolerancia hacia la diversidad de género y los vínculos entre personas del mismo sexo.
La investigación buscó captar opiniones en torno al rol de la mujer en la Argentina en lo referente a cuestiones políticas y sociales, así como la cuestión de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
En cuanto a este último punto, el trabajo indicó que el 77% de los argentinos piensa que el rol social y político de la mujer está cambiando en el país, idea que prima en todos los segmentos sociodemográficos.
Incluso 3 de cada 10 piensan que está cambiando mucho.
La idea que está cambiando mucho se acrecienta aún más entre los hombres (35%), en edades intermedias de 30 a 49 años (35%) y a mayor nivel socioeconómico (40%).
Sin embargo, 4 de cada 10 argentinos creen que aún no existe igualdad de género en materia de derechos en nuestro país.
En cuanto a las consignas de movimientos sociales, la lucha contra la «violencia machista» tiene un alto nivel de consenso entre los encuestados (91% se muestra a favor).
También las posiciones en favor de la «igualdad de derechos» entre los géneros obtienen muy altos niveles de respaldo (89%).
El apoyo a estas consignas es relativamente transversal por segmentos sociodemográficos y tiende a intensificarse en la Capital Federal y en sectores altos y medio-altos.
Los rangos etarios más jóvenes son más son refractarios a la violencia que los mayores.
Un cuarto de los argentinos (25%) declaró que se involucró activamente en la defensa de temas de género, principalmente las mujeres, los más jóvenes, los estratos socioeconómicos medios y altos y residentes del AMBA.
La mayoría de quienes se involucraron lo hicieron compartiendo información en redes sociales (67%), mientras que el 36% de los encuestados formó parte de alguna manifestación y un 30% firmó algún tipo de petición.
Por otro lado, un cuarto de las mujeres argentinas mayores de 15 años (24%) declaró haber sufrido maltratos por parte de su pareja en el último año, duplicándose lo registrado en 2015.
Esto reflejó un importante incremento de la violencia entre aquellas mujeres pertenecientes al rango etario intermedio (de 30 a 49 años), donde alcanza el 32% (contra el 25% de las más jóvenes y el 17% de las de 50 años en adelante).
El insulto (19%) y la humillación en público (12%) son los tipos de violencia más sufridos y las modalidades de maltrato cuya declaración más ha crecido desde 2015.
La violencia física declarada, por su parte, no presenta variaciones estadísticamente significativas en el período.

Tolerancia a la diversidad de género

La sociedad argentina se muestra claramente fragmentada en cuanto a la tolerancia hacia la diversidad de género y los vínculos entre personas del mismo sexo: cerca del 55% muestra altos niveles de aceptación al respecto, mientras que 3 de cada 10 son altamente refractarios y alrededor de 1 de cada 10 manifiesta postura intermedias.
La tolerancia de las mujeres supera a la de los hombres en todos los casos, creciendo también entre personas de menor edad, a mayor posicionamiento socioeconómico y en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Analizando los resultados de la encuesta, Andrés Cuesta, Secretario Académico de UADE, señaló que «sin lugar a dudas estamos frente a un aceleración del proceso de cambio del rol social y político de la mujer que se inició hace ya varias décadas, proceso que es reconocido por la gran mayoría de la sociedad».
«Si bien el 40% a nivel nacional total (y casi el 50% en CABA y en los niveles socioeconómicos más altos) considera que en la Argentina aún no hay igualdad de género, se destaca la existencia de una participación muy activa en defensa de los derechos de las mujeres para que esta situación se revierta, particularmente entre los segmentos más jóvenes de la sociedad, tanto en mujeres como también en hombres», comentó Cuesta.
Por su parte, Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices!, destacó que «el cambio de paradigma sobre temas de género ha sido tan significativo en los últimos años en nuestro país que cuestiones que antes eran menos expuestas o incluso naturalizadas por algunas mujeres, ahora son re- conceptuadas, lo que, en parte, seguramente incide en una mayor declaración de maltratos».
Cilley afirmó que «esto se expresa también en un significativo nivel de participación e involucramiento en temas de género, especialmente entre los jóvenes, lo que resulta auspicioso en Argentina, país que precisa visibilizar y concientizar a sus ciudadanos al respecto».
«Un dato sumamente interesante y revelador tiene que ver con que, a lo largo del estudio, es posible advertir que la cuestión de «género» –en cualquiera de sus variantes- tiene en realidad mayor relación con lo ‘generacional’ que con el ‘genero’ propiamente dicho. De hecho, en la mayoría de los casos vemos que el acuerdo, la defensa, el posicionamiento o las actitudes vinculadas con estos temas se intensifican entre mujeres versus hombres, pero de forma aún más marcada entre ‘jóvenes’ en relación a los segmentos etarios medios y grandes», añadió.
La especialista remarcó que «al analizar las respuestas dentro de cada tramo de edad, vemos que, en el rango más joven, la brecha de opiniones y actitudes entre hombres y mujeres es notablemente menor a la observada en tramos de mayor edad».
«Entre los hombres, los jóvenes son los más activos en términos de participación en temas de género, incluso en niveles que superan a los de las propias mujeres de mayor edad», concluyó.

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